Nuestro CEPT aplica el sistema de EDUCACIÓN POPULAR. Esta pedagogía fue instrumentada por el educador brasileño Paulo Freire, quien observó las necesidades de los sectores postergados de la sociedad y es así que a este método, se lo denominó indistintamente: Pedagogía del Oprimido, Pedagogía Emancipadora, Pedagogía Liberadora.
El individuo, a través del tiempo, ha intentado manifestar la forma en que se relaciona con el mundo que lo rodea, además de interpretarlo, explicarlo y tratar de transformarlo. Es así que lo que plantea la Educación Popular es un modelo de ruptura, de cambio, de transformación, a partir del pensamiento crítico de los protagonistas.
Y ¿quiénes son los protagonistas en la Educación Popular? Obviamente los alumnos, junto a sus familias y comunidad, resultando nosotros los docentes, los facilitadores de ese aprendizaje. A este concepto, hay que entenderlo con meridiana claridad desde su origen, cuya explicación estaría dada porque el Director es gente, el Profesor es gente, el Alumno es gente, la Familia es gente, la Comunidad es gente, por lo tanto, es simple, entendiendo esto, cada uno debe cumplir su rol, sin caer en personalizaciones ajenas a éste, es decir, en actitudes de autoritarismo, soberbia, etc.
Y, hace muy poquitos días recibimos, con alegría, nuevamente a un alumno que había dejado el C.E.P.T., para trabajar en el campo, propiedad de una conocida familia de criadores de caballos de Polo, de nivel internacional, en una vecina localidad y luego de hacerlo por espacio de unos ocho meses, decidió retornar al estudio. En nuestro espacio de reflexión, el alumno refirió cómo había sido su experiencia, manifestando que lo hacían trabajar en un promedio de 12 a 14 hs. diarias y 8 hs. los sábados y cuando tenía guardia, era de lunes a lunes, siendo la paga de $800 quincenales y sin ningún aporte (lo que comúnmente se conoce como “en negro”).
Es así que charlamos con los alumnos, acerca de cuál es la razón de ser de un C.E.P.T., y allí estaba, que teniendo las herramientas educativas, nos vayamos educando (alumnos, familias y docentes), en una actitud crítica, donde vayamos achicando los espacios para este tipo de sometimiento humano, por parte de empleadores que no les importa absolutamente nada, ni las horas de trabajo de sus empleados, ni que reciban los beneficios que por derecho corresponden, ni que sean menores de edad. Todo en aras de mayores ganancias.
En un pasaje de su narración, el alumno manifestó que le daba un poco de vergüenza contarlo y esa es otra acción que la educación tradicional (respondiendo al poder dominante),incorpora en el ciudadano-alumno y futuro ciudadano-trabajador, la de avergonzarse o temer denunciar las situaciones en que es objeto de irregularidades, por ello, con nuestros alumnos, el diálogo en la reflexión es franco y son tratados los aspectos relacionales entre pares, del alumno con el profesor y del profesor con el alumno, expresándose libremente, sin temor a represalias, porque es un diálogo de iguales en pos de un objetivo, el de la construcción del individuo con la educación como herramienta, pero como decíamos al principio, en una educación liberadora, emancipadora.
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