Un año muy especial nos toca vivir, porque nos aproximamos a los doscientos años de vivir en Independencia, ¿de vivir en Independencia?, muchas respuestas se agolparán ante esta pregunta, surgiendo otras, tales como: ¿Con una deuda externa que nos agobia, con terribles niveles de pobreza, con franjas sociales desocupadas o semiocupadas, con un porcentaje importante de la juventud adicta a estimulantes, ¿somos un país libre?
Estos pocos conceptos mencionados obran cuales cadenas inmovilizantes, esclavizantes y como fuimos cayendo inocentemente, desprevenidamente, calculadamente; ahora bien, la manera de salir es mediante la razón, tomando conciencia del problema, de la gravedad del mismo y de los objetivos a lograr.
¿Y como juega el CEPT 26 aquí?, juega un rol muy importante, ya que el hecho que sea una institución educativa, sumado a que se educa para la Producción total, y que lo hace en un sistema de Cogestión, entendiéndose esto como la participación del Ministerio de Educación, pero sumado a ello los sectores populares del ámbito rural (Agricultores familiares), sector hasta ahora desprotegido y víctima de los distintos planes económicos de los que fuera laboratorio nuestro país, quienes investigan, analizan, debaten cual debe ser la educación de sus hijos, en la que se contemplen sus necesidades, capacidades de desarrollo, alternativas productivas, para que no sean otros, sino los propios protagonistas quienes piensen cuales son las condiciones que deben darse para no tener que sufrir el desarraigo, la expulsión del terruño que los vio nacer o eligieron para vivir, los que fijen el camino.
Pero a la destrucción sufrida por la familia rural a través de años, de avances tecnológicos, de intereses económicos desmedidos nacionales e internacionales, vaivenes políticos etc., ahora proponemos un camino de construcción y para ello es necesaria la participación de todos y todas, haciéndonos visibles, comprometiéndonos familias, alumnos, comunidades interiores, instituciones gubernamentales y no gubernamentales, en un acuerdo fortalecedor, ya que los obstáculos a vencer son demasiado fuertes y están profundamente enquistados, por ello este proceso de reversión, debe encontrarnos unidos, convencidos y altamente capacitados, para lograr nuestros objetivos, que son los de la comunidad rural y se resumen en: buena calidad de vida, condiciones favorables para habitar los pueblos interiores, apoyo a la agricultura familiar en la producción y la comercialización de sus productos.
Entonces, Independencia es vivir en libertad, de decidir dónde y cómo hacerlo, en comunión con nuestros vecinos, de mantener alejados los fantasmas de las drogas, la violencia, la pobreza extrema, del analfabetismo, en el CEPT contamos con las herramientas pedagógicas y de políticas de desarrollo y estamos marchando, para que la palabra independencia no sea un eufemismo.
GUSTAVO A. BARTOLOMÉ
DIRECTOR
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